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lunes, 11 de febrero de 2019
Candice
La primera y única mujer que narra fútbol
El fútbol tiene una voz masculina en España: ninguna mujer narra partidos en televisión. En Europa tampoco hay muchas narradoras, pero en Francia está Candice Rolland, de 35 años, que comenta para la televisión desde 2012. “Nunca me he planteado si el fútbol era muy masculino. Era fútbol y punto. Y digo bien 'era'. Ahora, está evolucionando y seguro que el sentido de la Historia dicta que el lugar de la mujer será cada vez más importante, en el fútbol y en la sociedad”, precisa.
El fútbol tiene una voz masculina en España: ninguna mujer narra partidos en televisión. En Europa tampoco hay muchas narradoras, pero en Francia está Candice Rolland, de 35 años, que comenta para la televisión desde 2012. “Nunca me he planteado si el fútbol era muy masculino. Era fútbol y punto. Y digo bien 'era'. Ahora, está evolucionando y seguro que el sentido de la Historia dicta que el lugar de la mujer será cada vez más importante, en el fútbol y en la sociedad”, precisa.
Messi
Le pasa algo a Leo o simplemente son días malos?
Los genios también tienen malas noches. Lo de Messi en San Mamés es el mejor ejemplo. Aunque la última moda en Barcelona es dirigir las críticas hacia Coutinho y Arturo Vidal como al principio de curso fueron hacia Dembélé y que el argentino suele estar rodeado de un aura inviolable, su partido en Bilbao fue malo. Messi fue el peor del equipo en tres facetas del juego. Falló más pases que nadie (15), perdió más balones que nadie (28) y también fue el que más regates equivocó (4) en su equipo. Es cierto que todo el juego del Barça gira alrededor de Messi y que el equipo, como si jugase en dos tiempos, elabora una primera acción que termina en él para que luego el argentino elija cuál será el plan de ataque. De ahí que sea normal que acumule pérdidas de balón cuando falla el último pase.
No fue un asunto físico. Valverde dejó claro que Messi jugó "al cien por cien". También lo aclararon sus buenos amigos Luis Suárez y Rakitic en la zona mixta.Después de ser suplente ante el Madrid, Messi no dio señales de estar disminuido por la contractura. Directamente, fue un jugador sin acierto, menos clarividente que por norma.
Los genios también tienen malas noches. Lo de Messi en San Mamés es el mejor ejemplo. Aunque la última moda en Barcelona es dirigir las críticas hacia Coutinho y Arturo Vidal como al principio de curso fueron hacia Dembélé y que el argentino suele estar rodeado de un aura inviolable, su partido en Bilbao fue malo. Messi fue el peor del equipo en tres facetas del juego. Falló más pases que nadie (15), perdió más balones que nadie (28) y también fue el que más regates equivocó (4) en su equipo. Es cierto que todo el juego del Barça gira alrededor de Messi y que el equipo, como si jugase en dos tiempos, elabora una primera acción que termina en él para que luego el argentino elija cuál será el plan de ataque. De ahí que sea normal que acumule pérdidas de balón cuando falla el último pase.
No fue un asunto físico. Valverde dejó claro que Messi jugó "al cien por cien". También lo aclararon sus buenos amigos Luis Suárez y Rakitic en la zona mixta.Después de ser suplente ante el Madrid, Messi no dio señales de estar disminuido por la contractura. Directamente, fue un jugador sin acierto, menos clarividente que por norma.
Vinícius
El Madrid vuelca su juego hacia Vinícius
Hace cuatro días el Camp Nou y ahora el Wanda, por si quedaba alguna duda. Otra vez apareció Vinícius, que se doctoró en Clásicos y derbis en una sola semana. El Madrid tiene una mina en su plantilla, un diamante que tardó en aparecer, para desesperación de sus dirigentes, pero que ha entrado de lleno en el once del Madrid para quedarse. En el feudo rojiblanco tampoco se escondió. Su arrancada ante Giménez, más allá del punto exacto del derribo, dejó claro una vez más que se trata con un futbolista diferente, descarado, y con un desborde que escasea ya en el mundo del fútbol. Sus errores o imprecisiones, propios de un chaval de 18 años, quedan en un segundo plano con esta internada o con envíos como el que le puso con el exterior desde su banda izquierda a Lucas Vázquez. Un pase de genio, al pie del gallego, que lo mandó a las nubes.
Hace cuatro días el Camp Nou y ahora el Wanda, por si quedaba alguna duda. Otra vez apareció Vinícius, que se doctoró en Clásicos y derbis en una sola semana. El Madrid tiene una mina en su plantilla, un diamante que tardó en aparecer, para desesperación de sus dirigentes, pero que ha entrado de lleno en el once del Madrid para quedarse. En el feudo rojiblanco tampoco se escondió. Su arrancada ante Giménez, más allá del punto exacto del derribo, dejó claro una vez más que se trata con un futbolista diferente, descarado, y con un desborde que escasea ya en el mundo del fútbol. Sus errores o imprecisiones, propios de un chaval de 18 años, quedan en un segundo plano con esta internada o con envíos como el que le puso con el exterior desde su banda izquierda a Lucas Vázquez. Un pase de genio, al pie del gallego, que lo mandó a las nubes.
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